środa, marca 09, 2005

Para el undedo

Había una vez, en un reino muy muy lejano un gato que se cansó de tocar siempre el saxofón. Un buen día, mientras se hacía su crepé, se dio cuenta de que sacaba la lengua de una manera demasiado extraña y que si el rey por alguna razón veía como sacaba la lengua, le cortaría los bigotes... dios mio!! que barbaridad... pensó. Pasó entonces que en un recital, el gato se cansó tanto de tocar el saxofón que de un momento a otro, sacó la lengua y comenzó a babear. El rey, no lo podía creer, ¡oh traición!... ¡que le corten los bigotes!... gritó. El gato de un salto se fue hacia los jardines y de los jardines a su alfa-romeo. Ya ahi, tenía tanto miedo que se inyectó, para tranquilizarse. Al momento, arrancó y se fue arrollando todo a su paso. Arrolló señoras y hombres que se metían mano en lo oscurito de los jardines, arrolló creaturas del señor y de la señora también. Pasado un rato, se quedó inconciente. Al despertar no sabía ni donde estaba... pero tenía medias puestas!. Se encontró con que estaba en un panteón. Con ganas de vomitar se bajó del carro y se fue atrás de una lápida a soltar su bola de pelos con jugos gástricos. Entonces salió de entre la tierra un zombie que no podía hablar bien, pero que le ofreció un poco de spray para aplacr su crepé salpicada de restos de tacos de tripa. Al gato, que no era gay pero que sin embargo no era del todo hetero, le agradó la manera en como su ojo colgaba sensualmente de aquel músculo verdoso, le apasionó su mirada perdida (al decir perdida es que le faltaba el otro ojo y no sabía donde lo había dejado).... Amor a primera vista! pensó cuando agarró el ojo colgante. El gato y el zombie, como no sabían que hacer, pensaron que su amor era imposible. Pero en ese instante apareció un hombre lobo y una nave espacial que se los llevó a todos. ¡¡si en este mundo no es posible nuestro amor, nos vamos a otro!!... El gato pensó en extrañar a su antigua sexo servidora, pero se le olvidó cuando en la nave les dieron todo tipo de químicos. Al fin ahi todos pusieron música, unos tocaban y otros bailaban, incluso todos riéron cuando el zombie en una mordidita al gato le arrancó el cerebro. Y todos vivieron felices para siempre en la más grande historia de amor, jamás contada. La del gato y su zombie.

**Bris**

undedo at 00:07

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piątek, marca 04, 2005

Pasen, pasen....

Sahuevo, ya soy chavo de onda, con blog para inventarme historias de una vida que no existe porque nunca salgo a la calle.

undedo at 01:28

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